viernes, 26 de diciembre de 2008

Charly García: mucho más fuerte

Quién te ha visto y quién te ve. Hace seis meses, el rockero más popular de la Argentina parecía estar deshauciado por los medios. Hoy las fotos publicadas, las primeras después de mucho tiempo, dan cuenta de una asombrosa resurrección.

Las fotos dan cuenta del milagro. Se ve a un Charly García con mirada cristalina, pelo con corte moderno y prolijo, bigote pulcro y recortado, vestido de traje, y si bien la foto no lo muestra, debajo de la comisura de sus labios hay una sonrisa casi perfecta . Ha recuperado peso, unos diez kilos aproximadamente. Está pintón, y nadie le daría 57 años de no ser porque es público que nació en 1951. Sin embargo, seis meses atrás no se podía decir lo mismo, cuando lucía desbordado, en una camilla, trasladado a la fuerza de un hotel mendocino a un hospital, en un derrotero que lo llevó primero a una clínica cuyana, después a la habitación reservada a los presidentes en el Hospital Argerich de Buenos Aires, al día siguiente a la clínica Dharma, dos meses más tarde al campo de Palito Ortega en Luján, en cinco días al sanatorio Güemes, en 48 horas a la clínica Abril, y después, ya cercano a su cumpleaños, pudo ser dado de alta y establecerse con propiedad nuevamente en el campo de Luján. ¿Quién hubiese resistido tanto cambio en tan poco tiempo? Quizás sea difícil imaginarse la magnitud del infierno por el cual atravesó Charly García. Cambiar de clínica no es como mudarse de habitación de hotel. Es volver a empezar un circuito, a tener nuevos tratamientos, nuevos medicamentos, nuevas opiniones, explicar todo de vuelta. Es desgastante. Sin embargo, henos aquí, hoy 18 de diciembre de 2008, hablando de él.
Y hablando bien. Ya no es la misma retahila de quejas por escándalos,violencia y desilusiones. No, esto tiene otro color. Uno puede imaginarse un 2009 mejor para García, aunque más no sea porque ningún año podría ser peor que el 2008 para él. Pero tampoco es eso. Uno puede ilusionarse con que, por fin, Charly García pueda encontrar su propia felicidad. Más allá de que vuelva a los escenarios, porque a los estudios ya ha vuelto, y hay cinco canciones grabadas a las que le faltan solo puntadas finales. García despertó mucha irritación con sus desplantes eternos durante casi dos décadas. Pero también es un artista que se ganó el cariño de todo el público, y salvo los moralistas de siempre, el que no lo quiere al menos respeta sus galardones musicales, que los tiene en abundancia y en toda regla. A estas alturas, uno se conformaría con que el hombre que está detrás del artista sea feliz. Porque eso es lo principal para que las cosas prosperen. No hay que apurar conciertos, discos ni compromisos públicos. Él sabrá cuando se siente fuerte y al ciento por ciento, y cuando eso suceda, las cosas se darán naturalmente.
Pero para que la esperanza fuera algo más concreto que una expresión de deseos hacía falta una prueba tangible, y las fotos publicadas por la revista Gente, son esa prueba que tanto esperábamos, de que el queridísimo Charly García está recuperándose bien de un año que casi nos priva de él.

Fuente: 10musica.com

martes, 23 de diciembre de 2008

Charly hoy por Sergio Marchi

La fotos posteada corresponde a la sesión que Gente hizo con él por la famosa tapa de los personajes del año. Ese es Charly García hoy.
Si pensamos lo que pasaba casi seis meses atrás, creo que este era un escenario poco imaginable.
Llegó el momento de que Charly, poco a poco, comience a mostrarse en público. Mañana, jueves, por la noche (las revistas llegan a los kioskos alrededor de 19.30) podrán leer en una publicación de actualidad, el primer reportaje público que otorgó después de los acontecimientos de Mendoza. Dice cosas interesantes, y al mismo tiempo se podrá constatar que Charly sigue siendo el mismo. Aunque no el mismo de hace seis meses.
Han cambiado algunas cosas muchas, y hay más cosas que resolver. Esta
es una construcción lenta, como toda buena construcción. Y además
porque si Charly García fuera una pieza arquitectónica, un Empire State diría, requiere cosas que otras construcciones no requieren. Son más grandes, más complejas.
Creo que ahora les puedo contar algo (no mucho más) de lo que estuve sugiriendo con cuentagotas, porque algo ya apareció en Rolling Stone, y porque mañana aparecerá algo más.
En la medida de mis tiempos, lo visito cada vez que puedo. Cuando estamos solos tenemos charlas muy lindas, alguna de ellas muy profundas. Y cuando está con amigos, es uno más, ya no el centro del universo. Eso le hace muy bien a la persona.
Pasó lo peor de la tormenta. Y queda el pasto mojado, algún charco de barro, y esa sensación de amanecer que sucede cuando las nubes se están yendo y uno siente que, al menos por un tiempo, paró de llover.
Eso es Charly hoy: un nuevo tiempo. El tipo de siempre, como siemprelo quisimos: bien.

Por Sergio Marchi

Fuente: http://www.myspace.com/sergiomarchi

El Indio Solari habla de Charly

El Indio se refirío a Charly en una entrevista realizada por el Diario La Nación.

Aquí el fragmento de la nota:
Charly y las drogas.
"¿Qué puedo agregar sobre el hombre de la salud de hierro?
En definitiva, deseo lo mismo que todo el mundo, que esté bien.
Lo que no sé es el estado en el que él se siente bien. Si bien no creo en el artista existencial, en aquel que tiene una vida desesperada, que se pincha y se corta y se tira para crear algo, en lo personal no sé cuál es el estado ideal para una vida. Sobre todo en un país donde hay una teoría de la drogodependencia que pone el punto más en el objeto sustancia que en el sujeto persona.
En definitiva, hay que ver cómo lo ayudan, porque acá hay una tradición del tratamiento de la drogodependencia con discriminaciones de tipo legales y policiales. Se cree que a la gente se le puede ordenar curarse y mezclan a todos en un mismo paquete."
Ver nota completa en:

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Charly hoy: escribe Palito Ortega

En exclusiva, una carta abierta de Palito Ortega a su amigo Charly García.

La hondura de la persona es misteriosa, inefable e inescrutable, incluso para la propia persona, cuando intenta, por introspección, aplicar la autodefinición. Por lo tanto, considero inútil intentar en esta carta dimensionar la hondura de tu persona.
Cierta vez un hombre recorrió un largo camino para visitar a un viejo Maestro. Cuando le preguntaron si se había tomado toda esa molestia para recibir las enseñanzas del Maestro, respondió: "No. Sólo quería ver cómo se ata los zapatos".
Vos y yo también recorrimos un largo camino. Vos y yo ya sabemos dónde nos aprietan y cómo duelen los porrazos cuando nos pisamos los cordones. Ya sabemos que, cuando uno conoce y reconoce que la realidad del hombre encierra dentro de sí tanto lo mejor como lo peor, se está volviendo hombre.
En nuestra vida natural, la vida ocurre, es un ocurrir; la vida nos sucede. La vida es sólo vida vivida. Sabemos que, cuando se hace lo mínimo posible, puede uno mantenerse "perfecto". Hacer mucho representa el peligro de cometer errores. Entonces, como es natural, el hombre real es más rico: comete muchos errores porque siempre se embarca en nuevas aventuras.
Los intachables nunca se equivocan, pero tampoco son originales ni creativos, porque para serlo hay que intentar cosas. Lo mínimo te lleva a la perfección y éste no fue ni será tu caso. En definitiva, para algunos, la conformidad es una virtud: siguen el ritmo que les marcan otros, aunque sean inferiores a ellos. Toda su virtud, su moralidad, se basa en que los demás tengan una buena opinión de ellos, y éste tampoco es tu caso.
Por muchos años transitamos caminos diferentes, hasta que una noche comíamos con mis hijos Julieta y Luis cuando llegaste y te abrazaste con ellos. Luego me miraste y con una sonrisa de niño que acaba de hacer una travesura me dijiste: "Palito, no nos peleemos más". Ese compromiso quedó sellado con un abrazo tan largo que parecía una necesidad de recuperar el tiempo perdido.
No creo en la casualidad porque todo acontecimiento está determinado por acontecimientos anteriores y puede, teóricamente, hasta ser predicho. Por algo estoy escribiendo esta carta mientras vos, contra todos los pronósticos, estás tocando el piano en el estudio, le pedís al ingeniero de sonido que te grabe y, con una voz más clara que nunca, cantás, cantás una y otra vez, la bellísima melodía que escribiste anoche. Una frase de esta nueva canción queda revoloteando por todo el estudio: Aunque no pierda la esperanza, a veces con vivir no alcanza.
No te apures, amigo. Ya estás nuevamente de pie. Ya estás escribiendo canciones tan bellas como aquellas que un día te permitieron entrar al Cielo de los elegidos para siempre. Recorrimos un largo camino, ya sabemos que en la virtud nada es excesivo y que en el placer lo excesivo es perjudicial; ya sabemos cómo duelen los porrazos cuando nos pisamos los cordones mal atados. Por lo tanto, querido amigo, no debemos permitir que el pasado retrase un solo paso hacia el futuro y, sobre todo, que ninguno de los dos perturbe un solo segundo de este luminoso presente.
Un abrazo, Ramón

Posdata: Perdón. ¡Qué alguien les avise, porque me fui del estudio y no les dije a Charly, a León, a Nito, al Zorrito, a Samalea, al Negrito García López, a Pedrito Aznar, a Fernando y a Kabusacki que dejen un momento los instrumentos y que vengan al quincho porque el asado está listo!
22 de noviembre de 2008.

Fuente: rollingstone.com.ar