martes, 23 de septiembre de 2008

Cuando la resistencia es una forma de arte

El 21 septiembre de 1983, la Tercera Marcha de la Resistencia convocada por las Madres de Plaza de Mayo fue el contexto para una intervención urbana que marcó la historia posterior: las siluetas que representan a los desaparecidos.

Por Facundo García

El auto rugió en una esquina del microcentro y varios policías bajaron a romper afiches. “Eso que estás arrancando –gritó una mujer– es mi hijo.” Así lo recuerdan quienes estuvieron el 21 de septiembre de 1983 en la Tercera Marcha de la Resistencia que organizaron las Madres de Plaza de Mayo, también conocida como el Siluetazo. Durante varias horas, miles de manifestantes confeccionaron incontables contornos humanos en representación de los desaparecidos, para darle visibilidad a un reclamo que el gobierno se empecinaba en negar. La jornada tuvo momentos de alto contenido político y poético, aunque ni el canon progresista ni los teóricos del arte local le dieron el espacio que hubiera merecido. Veinticinco años después, una compilación de Editorial Adriana Hidalgo busca rescatar la experiencia con textos inéditos o casi inhallables. “Quizá hoy no seamos conscientes del impacto que tuvo. Pero la intersección entre un grupo de artistas que logró conectarse con una multitud para llenar la ciudad de figuras que aludían a los secuestrados –¡aun en dictadura!– no puede dejar de destacarse como un hito en la relación entre el arte y la movilización popular”, asegura Ana Longoni, doctora en Artes, docente, escritora, investigadora del Conicet y una de las compiladoras del volumen.
La obra es polifónica y en algunos tramos polémica, lo que no impide una reconstrucción provisoria de lo que sucedió. Ojo: entenderá poco el que la lea sólo con los anteojos del presente. Hay que transportarse a ese ambiente de plomo, a esa retórica metálica que invadía los medios con palabras como “encontráronse” o “abatiéronse”, a la pacatería impuesta por la fuerza que reinaba en las calles. La idea del Siluetazo apareció cuando todo eso ya había adquirido un tono de pesadilla y, no obstante, se mantenía vigente. La propuesta presentada por varias organizaciones y redactada por Rodolfo Aguerreberry, Guillermo Kexel y Julio Flores planteaba la idea de hacer treinta mil figuras humanas a tamaño natural, de manera que se creara “un hecho gráfico que golpee al gobierno a través de su magnitud física y desarrollo formal, y por lo inusual renueve la atención de los medios de difusión”. A esto las Madres adicionaron el pedido de que todo lo que se dibujara se ubicara verticalmente. Nunca en el suelo, para evitar las asociaciones con la muerte.
En efecto, la consigna principal sería pedir por la “aparición con vida”, y cada silueta ocuparía dos metros por uno. O sea que si en el acto se obtenían treinta mil, quedarían afectadas nada menos que seis manzanas completas alrededor del centro de poder del país. Dos preguntas flotaban en el aire. Por un lado si se alcanzaría a concretar semejante “desobediencia” antes de que vinieran los palos. Por otro, si en caso de conseguirlo no los fusilarían a todos.

El largo camino a la Plaza
Eran tiempos de cambio y peligro. El presidente de facto Reynaldo Benito Antonio Bignone estaba a punto de sancionar una “ley de autoamnistía” –la 22.924–, que pretendía hacer zafar a los militares de la responsabilidad por sus crímenes. A un mes de las elecciones, los cortos cabellos castrenses se erizaban ante la sola posibilidad de que las voces acusadoras se multiplicaran. Por eso, el camino de la rebelión se hacía cuesta arriba. En un relato de 1996, el propio Aguerreberry afirmó que llegaron a la Plaza con lo mínimo. “Cuatro pinceles, seis bobinas de papel, dos tachos de látex y no sé qué más”, según su descripción. Se había hecho uno que otro preparativo antes de llegar, por si el dispositivo represor se mostraba intransigente. Y era lo más probable: la Marcha de la Resistencia anterior había tenido que afrontar la amenaza de los milicos a caballo.
Ahí entraron en escena los que definirían la tarde. “La gente veía lo que estaba pasando y volvía a su casa a buscar algún pincel, o alguien ponía plata de su bolsillo para ir a comprar materiales –puntualizaría luego Aguerreberry–. A la media hora de estar en la Plaza nos podríamos haber ido porque no hacíamos falta para nada.” Las fotos que han quedado lo confirman. Mujeres, hombres, niños y niñas aparecen delineando con una concentración que refleja el sentido que tenía hacerlo en las fauces mismas de la dictadura, y sobre un espacio físico clave. Vecinos que quince minutos antes no se saludaban de pronto recuperaban los lazos, uno se recostaba sobre los recortes y el otro lo usaba de molde para hacer el trazo que homenajeaba a un tercero invisible. A pesar de que las Madres habían sugerido que no hubiera demasiadas marcas identificatorias, no pasó mucho hasta que los manifestantes se lanzaron a personalizar las figuras. Hasta hubo quienes buscaron el retrato naturalista: bigotes, patillas, embarazadas, bebés. Cada representación “miraba” a los transeúntes, en un paisaje que ponía en evidencia “eso que la opinión pública ignoraba o prefería ignorar, eso que se sabía y a la vez no se sabía: la magnitud del terror entre nosotros”.
Los que estuvieron ahí –miles– se integraron a algo que los excedía y, paralelamente, les daba voz individual. Hasta el día de hoy no falta quien mencione a “el loco de los corazones”, un tipo anónimo que tomó estatus de leyenda urbana por haber sido el primero en correr a buscar témpera roja para decorar con un detalle de color el pecho de cada dibujo.
Meses después, ese radar descomunal llamado Charly García ponía en la tapa de Clics modernos –el disco que incluye “Los Dinosaurios”– una foto de New York que exhibía una imagen casi idéntica a las que habían surgido en Buenos Aires.
Volviendo a aquel atardecer frente a la Rosada: ¿qué despertaba ese acto aparentemente simple de tirarse en el asfalto para generar una ilustración que indicara, como dice el filósofo Eduardo Grüner, “la presencia de una ausencia”? Según el historiador del Arte Gustavo Buntinx, una de sus fortalezas era la capacidad que tenía ese gesto de “poner el cuerpo” para elaborar un “pacto ritual”, un compromiso con los que no estaban. Teorizaciones aparte, la instancia más riesgosa sería la de la pegatina. Desafiando a un cerco policial desproporcionado, se salió en grupos y a la luz del día, y eso confirmaba la recuperación de un territorio y de una posibilidad social. Longoni sostiene –citando a Roberto Amigo, quizás el primero en estudiar el suceso– que se trató de “una toma a la vez estética y política”, donde ambas dimensiones se tornaron solidarias.
Cerca de la medianoche, un comisario amenazó con llevarse detenidos a los que continuaran la movida. La Marcha de la Resistencia se mantuvo, aunque cesó la pegatina. La desconcentración se inició recién a las 15.30 del día siguiente, mientras una lluvia torrencial borroneaba las líneas y despedazaba los papeles.


Fuente: pagina12.com.ar

viernes, 19 de septiembre de 2008

Lito Vitale habla de Charly

El músico Lito Vitale habló en una entrevista de Charly García y lo que lo rodea.

-¿Sentís que lamentablemente tenías razón cuando decías que no había por qué festejar lo que hacía Charly?

-Y sí... Es una cagada que un tipo tan genial esté de esta manera. Me parece que tomar esa cosa con liviandad, eso de “estuvo dos semanas sin dormir”, es una boludez. Es difícil opinar porque enseguida uno se transforma en un policía de mierda y todo eso, pero no me parece que sea festejable que un tipo esté tan hecho mierda, o festejar que Pity haga pública su elección de consumir paco y todo eso, porque la verdad que me parece un bajón. Cada uno hace lo que quiere, pero aplaudir ese tipo de cosas no me parece que esté bueno porque eso refleja que los tipos están hechos pelota, solos, tienen una vida de abandono, están enojados y se la agarran con ellos mismos. Lo ves ahora a Charly y decís: no estaba para reírse, era para preocuparse. El es un genio, nos ha dado una música que es un patrimonio para todos los argentinos y verlo así es un bajón.


Por Francisco Palazzo


Fuente: diariohoy.net

martes, 16 de septiembre de 2008

Recuerda Fito ensayos junto a Charly en los 80

Afirma que aquello encuentros los tiene grabados como si fueran el taller de Picasso donde se cocinaba la gran música pop contemporánea en español
Fito Páez recuerda la sala de ensayos de su amigo Charly García "como si fuera el taller de Picasso''.
El músico argentino habló cándidamente sobre su ídolo y colega, quien se encuentra recluido en una institución psiquiátrica argentina por orden judicial tras causar destrozos a un hotel en la provincia de Mendoza en junio.
"Recuerdo la sala de ensayos de Charly de los años 80 como si fuera el taller de Picasso donde se cocinaba la gran música pop contemporánea en español. Era un estudio de gran sofisticación'', dijo Páez el lunes en entrevista telefónica desde Miami, donde ofrecería un concierto el viernes.
"Creo que incluso en ese momento él estaba haciendo 'Clics modernos', uno de esos discos insuperables que todavía escuchas hoy y piensas que (en 1983) no pasó nada más importante'', añadió el rockero de 45 años, quien trabajó ampliamente con García hace dos décadas.
Recientemente nominado a un Latin Grammy por su disco "Rodolfo'', Páez acaba de lanzar la compilación de éxitos "Grandes canciones'' que incluye una versión de "La rueda mágica'' grabada a principios de los 90 con García y su compatriota Andrés Calamaro.
"Primero tenía dos estrofas para que cante Charly pero no quería poner la letra, esperé que llegara él'', relató. "En menos de media hora Charly tenía las dos estrofas, había cantado las dos estrofas y tenía los coros de todo el tema. Creo que ahí estuvimos más juntos que nunca. No habíamos estado los tres juntos en un lugar tanto tiempo'', recodó con nostalgia.
Preguntado qué extrañaba de sus toques con García: "Extraño eso, la cocina (musical), el trabajo, el límite que significaba trabajar con un artista como él que te obligaba permanentemente a que te juegues tus armas con tu música''.
Fito no ha podido hablar recientemente con el cantautor de "Nos siguen pegando abajo'' y "Yo no quiero volverme tan loco'' porque éste se encuentra incomunicado, en un tratamiento intensivo por su adicción a las drogas.
Sin embargo, acotó que sus allegados están "al tanto y estamos todos los amigos intentando todo, esperando una recuperación lo más pronto posible. Pero como está ligado a la justicia todo esto tenemos prohibido hablar'', señaló sin entrar en detalles.

Fuente: el universal.com.mx

jueves, 11 de septiembre de 2008

Tres noches con las canciones de Charly

Charly García será por tres noches consecutivas en Tercer Mundo, Rioja 1089 (Rosario), el leit motiv de los shows que ofrecerá la banda Eléctrica Compañía en dicho escenario, desde las 22.
El grupo local, ganador del concurso Willie Dixon Band 2007, presentará una selección de 50 canciones de Charly, en un formato diferente y por única vez. Las composiciones abarcan todas las etapas de la trayectoria de García, agrupadas cronológicamente. En la primera noche el show estará centrado entre los años 72 y 81, con el veterano rocker al frente de Sui Géneris, La Máquina de Hacer Pájaros y Serú Girán; la segunda jornada abarcará la primera etapa solista de Charly, entre el 82 y el 93, y la tercera noche ocuparán las canciones entre el 94 y la actualidad.
Integran Eléctrica Compañía Sebastián Boeris, teclados y voz; Franco Giglione y Sebastián Saed, guitarra y voz; Manuel Camarasa, bajo, y Rosina Scampino, batería.
Actualmente, Eléctrica Compañía trabaja en la preparación de este primer disco.

Fuente: lacapital.com.ar

martes, 9 de septiembre de 2008

“Es muy difícil haber sido Charly en esta sociedad”

El empresario teatral y musical Daniel Grimbank subrayó que el artista fundamental del rock nacional “fue víctima de haber sido el abanderado de un proceso de cambio sociocultural muy grande”.

El empresario Daniel Grimbank se refirió a la situación del músico Charly García. “Fue víctima de haber sido el abanderado de un proceso de cambio socialcultural muy grande”, dijo sobre el bicolor en rehabilitación.

“Es muy difícil haber sido Charly García en esta sociedad”, señaló, al tiempo que consideró que “fue víctima de una cuestión geográfica”.

Entrevistado por el programa Metrópoli de Radio Continental señaló además: “Si lo fuera a visitar me recibiría como el orto, no creo que contribuiría a nada; pasaría más por un hecho demagógico y mediático".


Fuente: nova-noticias.com.ar

sábado, 6 de septiembre de 2008

¿Charly García “personalidad destacada de la cultura”?

Lo impulsó Marcelo Meis, legislador del interbloque PRO. Cuál fue la reacción del resto de los diputados macristas.

Un 5 de septiembre de 1975, Sui Generis, grupo liderado por Charly García y Nito Mestre, daba fin a su joven trayectoria con dos recitales que quedarán en la historia del rock nacional. Exactamente 33 años después, el legislador porteño del interbloque PRO Marcelo Meis presentó un proyecto de Ley para declarar a Carlos Alberto García Moreno (Charly) como “Personalidad Destacada de la Cultura” de la Ciudad de Buenos Aires.

“Los desafortunados avatares personales que Charly García atraviesa por esta horas no pueden bajo ningún punto de vista opacar su carrera artística”, señala Meis en el proyecto. En ese sentido considera que la iniciativa es “un acto de reparación de la memoria colectiva de varias generaciones de argentinos que encuentran en cada uno de sus temas un reflejo patente de su propia vida personal”.

El proyecto de Ley 2117/08 plantea además que Charly y su música asumieron “un gran compromiso con el sistema democrático”. Nacido el 23 de octubre de 1951, el músico con “oído absoluto” primero formó parte de grupos como Sui Generis, Serú Girán y Porsuigieco (nombre que simbolizaba la presencia de Raúl Porchetto, Sui Generis y León Gieco), para luego iniciar su carrera solista.

Desde el despacho de Meis destacaron a Perfil.com la relevancia que Charly García tuvo entre las generaciones que integra el legislador (el diputado nació en 1965). Sin embargo, fuentes del bloque macrista manifestaron que no todos están muy conformes con el proyecto de ley.

“¿Te parece que es momento para hacerle un homenaje a Charly?”, le plantearon algunos legisladores a Meis, según señalaron fuentes del interbloque PRO a este portal. Es que el músico se encuentra internado en una clínica de Buenos Aires, luego de protagonizar una revuelta en un hotel de Mendoza en junio pasado.

“Otorgarle una distinción como personaje destacado de la cultura, va mucho más allá de rendir tributo a una producción tan formidable. Constituye fundamentalmente un acto de reparación de la memoria colectiva de diversas generaciones de argentinos que encuentran en todos y cada uno de los temas de Charly, un reflejo patente de su propia vida personal”, concluye el proyecto.


Desmienten muerte de Charly García

Un portal de noticias se hizo eco de una página personal que anunciaba la muerte del músico. "Estuve recién con él y nos reímos juntos", dijo a Perfil.com su manager.

El blog lo hizo un chico jugando, es una pavada total", así contestó Fernando Szereszeusky a los rumores sobre la muerte de Charly García. Es que el portal de noticias Minuto Uno se hizo eco de un blog que anunció que el músico había muerto, pero que tanto el Gobierno Nacional como el de la Ciudad ocultaban la noticia por "espulación mediática.
Ante los rumroes, Perfil.com se comunicó con el manager de Charly García. "Estuve recién con él y nos reimos juntos (de la falsa noticia)". Ante la pregunta de cómo estaba el músico, Szereszevsky señaló que "no se puede hablar de su estado de salud por una cuestión judicial, pero está mucho mejor".


Fuente: perfil.com

lunes, 1 de septiembre de 2008

Charly García es luzbel y lucifer

Un hombre al borde -o 'border', como prefieren decir-, que está más allá del bien y del mal, con momentos de locura o de absoluta lucidez, el genio de la música, eso y más es Charly García para los argentinos.
Generador de pasiones, con Charly -basta pronunciar así para que todos sepan que se trata de él-, como Diego Maradona, se lo odia o se lo ama, pero serán pocos los que no lo reconozcan como uno de los mejores músicos de Argentina.

"Yo tengo más poder que el Gobierno"

Desde sus 12 años, cuando dejó la música clásica, en la cual fue un prodigio, para dedicarse al rock y fundar junto a Nito Mestre Sui Géneris en el colegio Dámaso Centeno, regentado por militares, empezó a demostrar su genialidad. "Con ese talento, si hubiera nacido en EE.UU., habría sido uno de los músicos más importantes, pero nació acá y tuvo que convivir con eso", dice Bebe Contemponi, uno de los periodistas de rock más importantes.
Aunque hubiera bandas que lo precedieran, como Los Gatos o Papo y Luis Alberto Spinetta y La Balsa era el hito del rock argentino, algo tuvo García que pudo masificar tanto su música al punto de que Sui Géneris fue la primera agrupación local que pudo llenar el mítico Luna Park.
"Perdón, no hay nada que me salga bien"
"Charly inventó el rock. Y, ojalá que falte mucho, pero cuando se muera va a ser el Gardel del rock. Lo tengo asumido desde hace 15 años", dice Juan Guaranta, de 31 años, con su brazalete 'Say no more', como se denomina la última época de Charly.
"Para mí es la música, la cual me acompañó desde la niñez, la juventud y seguro me seguirá hasta la vejez", acota Marisa González.
Carlos Alberto García Moreno, de 56 años, marcó el corazón de dos o tres generaciones de argentinos, sobre todo aquellas que conocieron los rigores de la dictadura. "Por eso también fue un adelantado -añade Contemponi- supo bajar línea sin que los censores militares entendieran nada, cuando todos entendían lo que quería decir, como en Canción de Alicia en el País".
"Voy a hacer algo que sea artístico y que sea rock and roll"
Fue un adelantado musical. La ingenuidad modernista de Sui Géneris ya le era insuficiente y tras un paso por Porsuigieco, fundó La Máquina de Hacer Pájaros y en 1978 junto a David Lebón, Pedro Aznar y Óscar Moro, considerada la mejor banda de todos los tiempos de Argentina: Seru Giran.
Devenido en solista desde 1982, Charly creó temas que serán reconocidos por siempre como los más emblemáticos de los ochenta y noventa, como Los dinosaurios, Yendo de la cama al living o su versión extraordinaria del himno argentino son apenas un pequeñísimo botón de su carrera musical.
Él mismo se define como una estrella del rock and roll y el maestro del escándalo. Adicto a las drogas y al alcohol, hasta los ecuatorianos conocen lo que es ir a un recital suyo y saber que no lo termina. O bajarse de los pantalones, cual Jim Morrison, en un show, tirarse del noveno piso de un hotel a la piscina. Varias internaciones psiquiátricas.
También sus palabras remueven, como cuando dijo que "la patria es la casa del alma", o cuando desafió a Bruce Springsteen en el concierto de Amnistía Internacional: "In Argentina, I am the boss" (en Argentina yo soy el jefe).
Y cuando quiere, como en el Quilmes Rock del 2005, durante dos horas bajo la tempestad, ofrecer recitales inolvidables.
"Él dice las cosas que uno está sintiendo. Es así de simple, así de genio", sentencia Sara Flores, del barrio de Caseros.
Los excesos mermaron su condición física. Para los argentinos no es novedad que sus ídolos vivan la desmesura. Pasó con Maradona y Aníbal Troilo o Roberto Goyeneche con el tango.
"Es un genio. Hay que estar en su frecuencia para entenderlo. Pero él es nuestro Mozart y no merece tener un final así", dice Jorge Terruni, otro de los argentinos que, esta vez, "rezan por vos", Charly.


Fuente: (Santiago Estrella) elcomercio.com